Los disparos de los cañones del proyecto HARP no generaron observaciones de OVNI en Barbados. Allí su recuerdo ha
pervivido —entre la gente de más edad, obviamente— en forma de anécdotas sonoras.
El estruendo del cañón más grande, el de calibre de 400 mm, podía oírse en una extensa área de la isla. Se dice que
incluso en el distrito de St. Joseph, a una veintena de kilómetros de distancia, podía apreciarse un ligero temblor en
las ventanas
s2Beep_Beep: "The Harp Project", Barbados Forum, 2006-08-06.
No es de extrañar pues que las vibraciones tuvieran efectos nefastos en los cristales e incluso los muros de las
viviendas más próximas del distrito de Christ Church
s3Evanson, Heather-Lynn: "Nothing to HARP about", Nation News, 2008-08-21.
Stephen E. Mendes cuenta:
El enorme cañón se escuchaba desde casi toda la isla... y, a tan sólo unas millas de distancia, los muros de
nuestra casa empezaron a agrietarse por la onda expansiva. El SRC (8) tuvo que hacerse cargo de las reparaciones y
la reubicación de quienes vivían cerca del cañón... pero las pequeñas grietas que teníamos nosotros nunca fueron
atendidas... era difícil probar que fueran debidas al cañón
s4"Barbados photo gallery - Space research corporation".
Por su parte, el gobierno de la isla no se responsabilizó de los perjuicios a viviendas, lo que hizo que el proyecto
no fuera precisamente muy bien visto en determinados sectores de la población. (4)
Se cuenta que restos de un proyectil cayeron en un corral de vacas del distrito de St. Philip (2). No obstante, las
únicas víctimas del proyecto lo habrían sido por otras causas. Un trabajador murió aplastado durante las tareas de
desembarco de las piezas del cañón (5). Por otro lado, hay quien atribuye el cáncer que acabó con la vida de un joven
físico de la isla al radar de alta potencia utilizado en el seguimiento de los proyectiles (3).
Pero hay una anécdota que muestra que no era la mortalidad asociada al proyecto lo que preocupaba a algunos isleños
sino... la excesiva natalidad.